En las brumas de la ausencia,
se esconden los suspiros sin voz, las miradas sin destino, y los abrazos que nunca existieron. No estoy triste, estoy sin ti, y eso duele más que mil lágrimas derramadas. Tu presencia se ha vuelto un fantasma, que me atormenta en la madrugada. Quise escribirte un poema, de risas y de besos robados, pero en cada verso, he encontrado versos vacíos y olvidados. En cada página en blanco, busco las huellas de tus dedos, pero solo encuentro el eco, de un corazón roto y desesperado. Me duele la dulce ironía, de una historia que nunca fue, los sueños que se desvanecen, y el amor que ya no florece. No estoy triste, estoy sin ti, y eso duele más que un adiós inesperado. Pero sé que esta herida invisible, con el tiempo será un recuerdo olvidado. Porque aunque me faltes tú, yo me basto y me reconstruyo, sabré vivir sin ti, y volveré a ser feliz de nuevo. En cada sonrisa que renazca, en cada paso hacia adelante, me alejaré de tu sombra, y encontraré mi propia luz brillante. Así que no importa cuánto duela, hoy comienza una nueva página, donde el protagonista seré yo, y mi amor propio será mi mejor arma. No estoy triste, estoy sin ti, y eso ya no duele, aleja la agonía, pues ahora sé que merezco, un amor que sí valga la pena cada día.
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