En la penumbra de mis recuerdos, tu imagen surge como un sueño, tan real, tan viva, que no puedo creer que ya no estés conmigo.
Tu sonrisa, tus ojos, tu voz, todo está ahí, intacto, como si el tiempo no hubiera pasado.
Y yo, en medio de la noche, te abrazo con el alma, y te susurro al oído:
"No te olvidaré nunca, mi amor".
Tu recuerdo es mi consuelo, mi fuerza, mi esperanza. Es lo que me mantiene vivo, lo que me hace seguir adelante.
Sé que algún día nos volveremos a encontrar, en un lugar mejor, donde el amor no conoce fronteras, ni el tiempo tiene fin.
Hasta entonces, te guardaré en mi corazón, para siempre.
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