Poema a la primavera

En el suspiro del invierno dormido, despierta la primavera con dulce arrullo, despliega su manto de colores y vida, y en cada rincón el amor se desborda.

Susurra el viento melodías de flores, las aves entonan su canto de alegría, los campos se visten de verde esperanza, y el sol derrama su cálido abrazo al día.

La primavera despierta los sueños, los sueños de días llenos de luz, donde la naturaleza se revela en esplendor, y el corazón se llena de plenitud.

Los jardines se engalanan con suaves pétalos, las mariposas danzan con gracia en el aire, los árboles susurran secretos al viento, y el aroma de las flores nos hace soñar.

Es la primavera un renacer constante, un ciclo eterno de vida y transformación, donde las semillas germinan con fervor, y brotan esperanzas en cada rincón.

Así, en este festival de resurrección, celebramos el regreso de la belleza, la primavera nos envuelve con su magia, y nos invita a vivir con plena certeza.

En sus días radiantes de claridad y color, aprendemos que la vida es efímera, y que en cada primavera encontramos, la fuerza para florecer en nuestra propia esfera.

¡Oh, primavera amada, fuente de inspiración!, nos envuelves con tu aura de serenidad, renuevas nuestra alma y nuestras ilusiones, y nos enseñas a amar con intensidad.

Bendita primavera, eres un regalo divino, que nos recuerda la fragilidad del tiempo, pero también la grandeza de nuestro espíritu, que como las flores, nunca se rinde ni se marchita.

Así brindo en versos a la primavera, a su esencia de vida y despertar, y agradezco por cada momento que me brindas, porque en tu abrazo encuentro la felicidad.