En la penumbra de mi soledad, mis lágrimas caen en silencio, son testigos mudos de mi tristeza, de un corazón roto y sin consuelo.
Se deslizan por mis mejillas, como ríos de amarga melancolía, llevan mis sueños perdidos, y apagan la luz de mi alegría.
No hay palabras que puedan describir, el dolor que anida en mi interior, solo lágrimas silenciosas, que expresan mi profunda desolación.
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