martes, 8 de diciembre de 2020

Cuando era pequeño mi madre me preguntó…

Cuando era pequeño mi madre me preguntó cuál creía que era la parte más importante del cuerpo.

Yo pensaba que el sonido es trascendental, ya que te permite aprender y a la vez comprender mejor todo cuanto nos rodea. Y entonces le dije:

– ¡Mis oídos!-No, dijo ella. Muchas personas son sordas y a pesar de ello, construyen -con más esfuerzo que el resto de nosotros- una vida feliz…

 Pasó un tiempo y mi madre volvió a preguntar. Yo ya había pensado bastante al respecto y creí haber dado con la respuesta adecuada. 

La visión es muy importante para todos. Nos permite contemplar el mundo y sin ella, no sabríamos cómo es éste en realidad.


– ¡Mama, la parte más importante de nuestro cuerpo son los ojos!


Ella me miró y me dijo:
– Todavía no tienes la respuesta precisa. También hay muchas personas que son ciegas y que con afán de superación, han conseguido hacerse una idea bastante aproximada del mundo y han podido, pese a todo, procurarse una vida feliz.

Siempre creí que era apenas un juego entre nosotros dos. Pero el día en que murió mi abuelo y ante mi dolor, ella me dijo:
– Hoy es el día en el que necesitas aprender por fin la lección. Creí que cuando te preguntaba, me dirías que el corazón, porque, obviamente, sin él no podemos vivir y porque se dice que es en el corazón donde residen los sentimientos. Pensé también que me dirías el cerebro, porque sin cerebro tampoco es viable la vida… pero la parte más importante del cuerpo son tus hombros.

Intrigado, pregunté: – ¿Porque sostienen mi cabeza?
– No, respondió, es porque ellos son el único lugar en el que podrás amparar y acoger a los que quieres, cuando estén tristes y lloren. Les podrás entregar tu corazón y les podrás dedicar los mejores pensamientos de tu cerebro, pero cuando la vida les duela y quieran consuelo, sólo tus hombros podrán dárselo y ni siquiera todas las palabras que seas capaz de pronunciar lograrían el mismo efecto… y creeme si te digo que todos necesitamos de un hombro para llorar en algún momento de nuestra vida.

Autor desconocido

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